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Miguel Colunga

Entrevista; Revista Master Magazine.

Publicado en: Master Magazine. Número 18, octubre 2001.

 

 

TÍTULO: Cuerpo y fragmento de Gustavo Aceves

LEAD: Cuesta trabajo que Gustavo Aceves hable en la entrevista. Tal vez porque no suele darlas y cuando lo hace, tiempo después se avergüenza de lo que dijo. Artista que se considera rebelde, que juega ajedrez y que platica de su vida, de sus amores y del arte, acompañado de un Gin Tonic.

 

De todos los artistas que me  ha tocado entrevistar, Gustavo Aceves es el único que en su vida –por destino o por error- se encuentra la Isla de Cuba, aquel lugar situado en el centro del Caribe y que ha dado asilo a gran variedad de artistas en todas las especialidades.

Y precisamente esa estancia en Cuba, es la que me lleva a preguntarle al pintor la relación existente entre México, París y Cuba, sus principales destinos como artista.
Contesta calladamente, muy pensativo, como es él, que la única relación que tiene Cuba en su vida artística es un premio que obtuvo cuando se dedicó a los dibujos animados. “Y hasta ahorita no he hecho ninguna exposición en La Habana”

Por su parte, París es una pequeña pieza de un gran rompecabezas en el que Gustavo ha invertido cerca de dos décadas. Ires y venires de París a México son constantes en el artista quien reconoce ser autodidacta. Pero ¿porqué París? Y responde: “París es una ciudad donde se puede ser pobre sin sentir vergüenza”.

 

EL CUERPO DEL ARTISTA

La pintura de Gustavo  Aceves no es la clásica expresión gráfica de cuerpos. Son pechos, son piernas, son rodillas, son espaldas cubiertas de colores otoñales.
“Pintar cuerpos forma parte de las obsesiones personales de cada artista. Yo asocio la pintura al cuerpo, y el cuerpo a lo sagrado. No puedo asociar la pintura al bosque, las flores, los retratos”, comenta.

Y remata: “Es en el cuerpo donde se libran las batallas entre lo sagrado y lo profano. Que son las cosas que me mueven a mí como persona”.

Al revisar el currículum de Aceves no hay predominio de algún lugar. Lo mismo se lee Casa Museo Núñez del Prado, La Paz, Bolivia; que Galería Praxis, Miami, EUA, o también Subasta de Arte Latinoamericano, Nueva York, EUA; Italia (Galleria Compagina del disegno) y Francia (Gallerie Gentili).
Aceves no tiene censuras mentales. “No tengo algún tema del que no me gusta hablar”, pero para él no tener censuras con el cuerpo, más que ventajas tiene sus desventajas, “porque de repente uno se pone a hablar de cosas que no conoce”.
Su pintura no es violenta o grotesca. Al contrario, es un desarrollo artístico que invita a quedarse frente a la obra durante algún tiempo.
“Me sorprende la recepción de la gente frente a mi trabajo, porque no tengo la impresión de que mi obra sea complaciente o amable, o que decore realmente una casa”.
Todavía recuerda a la perfección a una señora de unos 60 años, que luego de apreciar una pintura de Aceves que estaba expuesta en Cannes, se acerca al galerista y le deja un mensaje para el artista: “Yo vivo, yo muero frente a la obra de Aceves”.

 

¿LOS CRITICOS? ¿Y ESOS QUIENES SON?

 

Aceves coincide en un punto con el resto de los artistas: a la crítica no hay que tomarla en cuenta, pero tampoco ignorarla. Ni frío, ni calor.

“Las críticas favorables hacen que la comida sepa mejor; pero las otras no me quitan el sueño ni me hacen cambiar de marcha”.
De igual forma explica porqué es muy crítico con su arte: “Tiene que ver con mi propia concepción de la pintura, de lo que tendría que ser y de lo que ha sido”.
“Mis puntos de referencia para hablar de pintura son aquellos que han llegado a puntos altísimos de la comunicación sensible”.
Influído por Brueghel y Tintoretto disfruta del juego de ajedrez, aunque una de sus grandes decepciones fue cuando viajó a Grecia. Allá nadie juega ajedrez, “Todos juegan bagamon”.

Antes el aprendizaje era el principal motivo de sus viajes a París, ¿y ahora? “Uno se acostumbra a los vinos, a los quesos y a la belleza que pasa por las calles. El arte está contenido”.

¿Y qué te hace regresar a México?

“Uno regresa a donde están sus muertos. No he logrado romper con los vínculos que me da México… ni me lo voy a proponer. Vivo sin proyectos, sin objetivos a largo plazo, hace un año que no sabía que ahorita estaría viviendo en México”.
“Soy muy aburrido, soy monotemático: lo primero que me pregunto al despertar por la mañana es: qué día es hoy.

Si es domingo, yo sé que ese día no me salgo de la cama y me toca ver futbol; si es martes no me preguntes si tengo ganas de pintar o no, los martes es: “hay que trabajar”. Mi vida está estructurada de esa manera”.
Por eso Gustavo Aceves no concibe como dos cosas distintas al artista y a la persona. “Creo que ser artista es como un apellido. Antes que otra cosa, es un ente”. Y remata: “No veo a un artista que no sea rebelde. Yo creo haberlo sido, cuando tuve que hablar lo hice, no me tembló la voz. Ahora en el silencio me encuentro bien”.

 

GUSTAVO ACEVES A CONTRALUZ

“Soy autodidacta, nunca estudié. Nunca estudié y nunca quise hacer otra cosa. Es decir, la pintura no fue una elección mía, fue una forma de vida”, platica Gustavo Aceves quien en su historia artística tiene cerca de una veintena de exposiciones colectivas en países como Estados Unidos, Italia, Francia, España y por supuesto México; y un aproximado de diez exposiciones individuales distribuidas en México, Bolivia e Italia. Pero más adelante reconoce que al decir que fue autodidacta se refiere “a una forma tramposa de decir que tuve una forma de estudio bastante personal. El haber ido a Europa tenía como finalidad estudiar pintura a la manera antigua: visitando museos, haciendo copias”

El hombre de anteojos que dice disfrutar del futbol los domingos, el ajedrez, y de las copas del alcohol por las tardes rodeado de sus amigos, es también aquel que dice que después de pintar “no hay nada mejor que un buen cigarro, una buena mujer y una buena botella de vino”.
Del ajedrez también habla. “Estoy convencido que el ajedrez es de las pocas cosas que no sirven para algo en la vida. Yo lo veo como una especie de masaje mental. Hay días en los que me despierto y lo primero que busco es alguien para jugarlo”.
Si de reencarnación se trata, no duda y dice que espera ansiosamente reencarnar en futbolista.
Gustavo es de los pocos artistas que han pintado para mandatarios en nuestro país: “La nueva democracia” forma parte del acervo pictórico de Los Pinos.
Elaborado a petición expresa del ex Presidente Carlos Salinas, Aceves y otros artistas entregaron lienzos con diversos temas y perspectivas del acontecer cotidiano.
Como dije al principio, no es fácil que Aceves otorgue entrevistas. ¿El motivo? “Me avergüenzo de lo que digo”. Palabras fuertes para un hombre que piensa mucho antes de hablar, y que, al parecer, es un fuerte crítico de su persona y de su arte.

 

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