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Miguel Colunga

Peña Nieto y la justicia

La reciente renuncia del abogado Alberto Bazbaz al frente de la procuraduría mexiquense es, de nueva cuenta, una noticia de impacto en la entidad.
Por sus alcances, la renuncia de Bazbaz pone en la mira el desempeño de los funcionarios públicos. Y, por otra parte, demuestra que la lealtad es moneda de cambio.
Bazbaz llegó a la procuraduría mexiquense el 12 de marzo de 2008. En aquel entonces, se justificó su juventud -apenas 34 años- al frente de la institución mexiquense porque aportaba "experiencia" y "capacidad".
La caída de Bazbaz se da cuatro días después de que la procuraduría que dirigía concluyera que la muerte de Paulette, la niña desaparecida y encontrada muerta en el mismo apartamento en que vivía con sus papás y niñeras, se debió a un "accidente".
Hace apenas dos meses, en una conferencia de prensa, el propio Bazbaz señaló a la madre, Lisette Farah como sospechosa de la muerte de la menor. "En este momento, respecto al hecho concreto del delito que estamos investigando, la indiciada es Lisette (Farah).", dijo entonces. Refirió que las declaraciones de Farah han sido contradictorias, y con la presencia de especialistas en criminología y sicólogas, dijo seguro de sí mismo: "Lisette Farah tiene trastornos de personalidad".
También, el decapitamiento del procurador ocurre un día después de que la especialista en encuestas María de las Heras, publicara una encuesta en el periódico El País. En ese ejercicio estadístico se mostraba que el resultado de la investigación de la muerte de Paulette, había bajado puntos en la popularidad del gobernador Peña. La encuesta arrojó la cifra de que el 45% de los encuestados tenían una opinión peor del gobernador Peña que antes. Pero esperen. Si sumamos el nada despreciable 12% que dice que su opinión sigue "igual de mala", entonces tenemos que el gobernador Peña tiene 57 puntos porcentuales de desaprobación.
Otro tema que resulta interesante de ver es la confrontación que ha tenido Peña en sus tres años de gobierno con el tema de la justicia.
Podemos comenzar con el conteo de procuradores que han ocupado el cargo durante su mandato: 3.
Recién tomó posesión Peña, el 15 de septiembre de 2005, tuvo a Alfonso Navarrete Prida. Un procurador que le gustaba aparecer en medios. Se hicieron famosas sus conferencias de los domingos, donde presumía las liberaciones de secuestrados y no tenía empacho en exhibir videos de los propios delincuentes torturando a sus víctimas. También, Navarrete Prida tuvo a su cargo la investigación sobre el ex gobernador Montiel, con quien también fungió como procurador. A la lista de pendientes se suma la muerte de Enrique Salinas de Gortari en el municipio mexiquense de Huixquilucan. De esa investigación, Navarrete Prida nunca determinó el móvil de la muerte del hermano de Carlos Salinas. Lo que sí es que descartó el secuestro o fines políticos, "por el método de la bolsa de plástico en la cabeza". Estuvo en el cargo hasta el 2006.
Después, en febrero de ese mismo año llegó al mismo cargo Abel Villicaña. Igual de opaco que su antecesor, Villicaña se enfrentó a los feminicidios en el Estado de México, de quienes dijo que eran eventos que suceden en todo el mundo.
Fue en marzo del 2008 cuando "por motivos personales", Villacaña dejó la procuraduría mexiquense, dando espacio al "joven" Alberto Bazbaz.
Poco más de dos años Bazbaz gozó del apoyo del gobernador Peña. Apenas el 30 de abril, en medio de los dimes y diretes por la investigación de la muerte Paulette, desde Washington, Peña dijo: "Bazbaz tiene mi confianza". Fue en esa misma ocasión donde Peña, aludiendo a la sabiduría popular, declaró que al procurador había que darle "el beneficio de la duda. Por eso sigue ahí (en el puesto)".
Un mes le duró la confianza en el ahora ex procurador. Su confianza se la llevó los puntos porcentuales que tiene en contra el gobernador Peña ante los encuestados. Sólo 57 puntos desfavorables le bastaron a Peña para que Bazbaz terminara su mandato con un "Gracias el Gobernador Enrique Peña Nieto".
Gran lección nos ha dado el gobernador Peña: el poder es único. No se comparte.
Si lo quieren allanar, decapitar al intruso la mejor técnica.
Bazbaz salió solo. Así estuvo en la conferencia de prensa.
Y así se fue

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