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Miguel Colunga

Tres historias

En el fin de semana convulso que recién pasó, se registraron una serie de enfrentamientos en el norteño estado de Nuevo León.
En uno de ellos perdieron la vida dos estudiantes de la prestigiosa universidad ITESM. Las autoridades federales se han deslindado argumentando que murieron en el fuego cruzado. Pero también, se mostraron más cautelosas en sus apreciaciones del hecho. Evitaron hacer declaraciones arrebatadas, como aquellas que llenaron de dudas e indignación por los 16 jóvenes muertos en una reunión en Ciudad Juárez, a fines del mes de enero. En aquella ocasión, los señalamientos de "eran pandilleros" fueron detonantes para que la sociedad organizada exigiera una explicación más a fondo.
En los hechos de este fin de semana de Nuevo León, hubo mesura por la Secretaría de Gobernación, la PGR e incluso la Presidencia de la República.
La indignación por la muerte de los estudiantes de excelencia académica, Javier Francisco Arredondo Verdugo y Jorge Antonio Mercado Alonso acaparó en días recientes la atención de la sociedad informada .
Pero un momento.
Ese mismo fin de semana, la tarde del domingo, se realizaron unas detenciones de presuntos sicarios en Santa Catarina. En las acciones, se detuvo a un sicario del cual nunca se dió a conocer su nombre. Según imágenes difundidas en sitios de internet noticiosos, un hombre vestido de sudadera café es escoltado a unidades terrestres y aéreas de la Secretaría de Marina Armanda de México (SEMAR). La noticia en sí, no puede dar para más. Una detención más de un presunto traficante de drogas. Donde sí es de resaltar el hecho, es que a menos de 24 horas de su detención y estando custodiado, según informó en un comunicado la SEMAR, fue encontrado el cadáver del hombre que respondía al nombre de José Humberto Márquez. Un hombre que es detenido por autoridades federales, y a las pocas horas aparece muerto, con señales de tortura y envuelto en una cobija. Al estilo narco, pues.
De aquí desprendo tres hilos que podrían dar con el blanco:

1.- José Humberto Márquez es detenido. Llevado, resguardado, al hospital. Y dentro de los protocolos de interrogación y declaración muere a manos de los propios efectivos de la Marina, autoridades estatales y judiciales. Vamos, que se les pasó la calentadita.

2.- José Humberto Márquez es llevado al hospital, para su atención por las lesiones sufridas en el enfrentamiento. Estando en el nosocomio, teniendo o no seguridad, es sacado del lugar por un grupo de sicarios. Mismos que lo torturan y ejecutan.

3.- José Humberto Márquez es transportado al hospital. En el camino soborna a las autoridades y acuerda, previo pago de alguna cantidad de dinero, su liberación. José Humberto Márquez es liberado. Al cabo de las horas es levantado por un grupo armado -de su propia célula o de una rival- y para que apredan los demás miembros de la red, le quitan la vida.

Son tres conclusiones que se prestan para que una sea verdad.
Al final, solamente un pequeño grupo de personas -agentes, autoridades estatales y federales, ministerios públicos, etcétera- son los que saben la verdad del caso.
Mientras, se quedan como tres historias.

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