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Miguel Colunga

El fin de una historia

El fin de una historia

Cuando en 1969 Neil Armstrong se convirtió en el primer hombre en pisar la luna, estaba iniciándose una historia que sería contada por décadas, y de muchas formas.
Con él, la historia de la carrera del viaje a la luna que estaba llevando Estados Unidos contra Rusia, estaba también marcando el destino de otra empresa, entonces, innovadora.
La empresa Kodak, de artículos fotográficos, sería la encargada de desarrollar y proveer del material suficiente al astronauta para la toma de imágenes de su caminata lunar y dejar así constancia del logro.
Neil Armstrong es hasta la fecha un referente histórico. Kodak llegó a su clímax este 2012. Luego de ser la precursora en comercializar cámaras fotográficas digitales, allá por mediados de la década del setenta, ahora se ha declarado en quiebra. Kodak tiene ante sí un gran reto: revalorizar sus segmento y sus productos. De lo contrario ni el crédito de 950 millones de dólares que obtuvo de Citigroup, pagaderos a 18 meses, podrán mantenerla a flote.
Al cabo del tiempo nadie se imaginaría que ambas historias, la del astronauta y la de la empresa precursora en cámaras fotográficas, formarían parte de la historia.

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