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Miguel Colunga

Las Malvinas sin fin

Las Malvinas sin fin

El 1 de abril de 1982, los argentinos se despertaron con un ataque británico al territorio sureño de Malvinas. Reconocidas como suyas por ese nombre. Los británicos las tenían registradas como Islas Falkland.
La disputa territorial se tornó política. El encono armamentista duró poco más de 10 semanas. Unos 5,000 soldados de las Fuerzas Armadas argentinas desembarcaron en Malvinas ese dos de abril. Inexplicablemente 80 soldados británicos se encontraban en ese momento en el territorio. Optaron por huir. La Primer Ministra Margaret Thatcher ordenó un severo ataque con más fuerzas armadas, paracaidistas y unidades especiales. El conflicto armado derivó en la caída de la dictadura militar, en manos de la Junta Militar argentina.
Las Malvinas -entre vítores, discursos triunfalistas, de unificación nacional- quedaron dominadas por Gran Bretaña.
Hasta 1989 ambas partes pusieron fin al conflicto armado. Pero el fantasma del conflicto político continúa hasta ahora, luego de que se hallaran yacimientos petroleros en los alrededores de las islas.
Una historia que seguramente encendería pasiones, confrontaría opiniones, despertaría esa pequeña Argentina que dormita en todos sus habitantes y en sus corazones.
Una "guerrita" que reviviría Argentina o cualquier país sin medir distancias o poderío. Todo en nombre de la soberanía.
Y entonces los soldados, de uno y otro bando, abandonarán sus territorios -y sus cascos- como hicieron los argentinos en las Malvinas y se aprecia en la foto de este post. Porque los soldados terminan pagando la factura en las ideologías. Y de los egos de los políticos.

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Twitter: @miguelcolunga1

Strauss-Kahn no ve películas de sexo

Strauss-Kahn no ve películas de sexo

El ex director del Fondo Monetario Internacional, tan dado a acostarse con prostitutas y a acosar mucamas, Dominique Strauss-Kahn, parece que tiene de su lado a los gurús esotéricos de alguna líder sindical mexicana.

Luego de los dimes y diretes sobre el escándalo sexual del septuagenario Doctor en Ciencias Económicas, y de salir a la luz que su principal demandante había incurrido en falsedad en sus dichos, nos enteramos que está envuelto en un caso de proxenetismo a nivel internacional del cual sus abogados señalaron que "la lujuria no es un delito".

Vamos, que sus abogados están enterados del apetito sexual de su cliente. Algunos detalles de las acusaciones se enfocan en que DSK solía visitar clubes de prostitución e intercambio de parejas (clubes swinger). Es decir, que mientras de día dirigía al Fondo Monetario Internacional, de noche daba rienda suelta a esa lujuria, deseo carnal, un tanto implacable que dicen que tienen los hombres de poder.

Al igual que, dicen los mitos y las historias de Hollywood, el emperador Romano Calígula, a quien los proclives al morbo han dicho que se acostaba hasta con su perico. O un Napoleón. O más contemporáneo un Puff Daddy presumiendo sus 28 horas continuas de sexo. Del inglés Hugh Grant ya ni hablar, que por sus aventuras con chicas de la vida galante se hizo más famoso todavía.

Otro alegato de los abogados de DSK, es que no sabía que se estaba acostando con prostitutas. Imaginemos la escena: el hombre llega en su lujoso auto, se estaciona en la calle frente a un local aparentemente desocupado. Se para y toca tres veces el portón principal. Se abre una pequeña mirilla, dice su alias e inmediatamente le dan el paso. En el interior del lugar hay unos 50 asistentes, algunos despistados, otros se mueven con la experiencia que da frecuentar un lugar así. Entre el grupo, hay unas 30 mujeres en edad casadera que rondan los veinticinco años. Algunas visten muy formal, vestido largo. Accesorios y maquillaje hacen perfecto juego. Otras, más atrevidas, conocedoras de lo que los hombres buscan y desean, con algún escote pronunciado, bordeando los senos. Ríen quedamente. Beben.
Nuestro personaje, DSK, se acerca a alguna mujer de talle sugerente. Intercambian palabras y sigilosamente se dirigen a una de las habitaciones del piso superior. Ella entra y sin mediar palabra comienza a desvestirse. Él la alcanza y se entregan a un encuentro sexual, previo pago de la cuota acordada.
DSK sale del lugar algo desaliñado, el pelo alborotado. Sube a su auto y se dirige a su hogar donde su esposa, la periodista Anne Sinclair, encargada de la edición francesa del ’The Huffington Post’, lo recibe con beso en la mejilla. Charlan de sus respectivas rutinas y se van a dormir. Hasta este momento, según los abogados del funcionario, el personaje no estaba enterado que había tenido sexo con una prostituta. ¿Demasiada ingenuidad?

Pero una cosa es lo que los personajes hablan de sí mismos, de sus deslices, de sus filias, y otra lo que los involucrados -directa o indirectamente- hacen público. Por eso el caso de DSK tomó más relevancia: eran lo dichos de una mujer de color, que daba detalles de la forma en la que DSK le aventó sobre la cama y obligó a hacerle sexo oral. ¡Una trama que hasta el cine porno hubiera envidiado!

Imaginar a un DSK cediendo ante el cuerpo de una o dos mujeres, solicitándoles con un lenguaje obsceno que le hagan esto o aquello, no es propio del director de una institución bancaria mundial. No va con esa imagen de trajes finos, lociones de marca, restaurantes privados, reuniones con líderes mundiales y recibimiento de reconocimientos internacionales.

Veo a un hombre de pelo cano, entrado en sus setenta y tantos años, y lo primero que me viene a la mente es a mi abuelito; o al dueño de la tienda de la esquina; o al señor que por las mañanas me trae el periódico.

No, esa vida de lujuria no es del director del Fondo Monetario Internacional. De ser así, ¿quién llevaba las riendas del organismo monetario? ¿Cuántas veces tuvo aventuras sobre su escritorio, arrugando con la premura de la lujuria que se sabe que se extinguirá rápido, cheques de fondos internacionales o documentos oficiales? ¿Cuántas veces DSK llegó tarde a una reunión porque en el camino se topó con una atractiva mujer que con un guiño la subió a su auto color negro y se entregaron a un rapidín? La respuesta a una o varias de éstas preguntas pueden ser: Una o varias veces.

Por eso que el DSK que veo en las fotos, de un hombre serio, de cejas negras, cara redonda, nariz aquileña, no es el de una persona con un apetito sexual incontrolable. Esos, según el imaginario hollywoodense, tienen barba, mirada penetrante, hacen sus excesos en sótanos herrumbrosos, tejen vestidos con piel humana... Y por eso es que seguramente, argumentarán sus abogados, Strauss-Kahn no ve películas de sexo. Todo sea por burlar la ley.

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Twitter: @miguelcolunga1

Siempre nos quedará Casablanca

Siempre nos quedará Casablanca

Era el año 1942.
La segunda Guerra Mundial pasaba por sus momentos más cruentos y dramáticos. La Alemania Nazi ganaba terreno y junto con el miserable incremento de los campos de concentración, parecía que el mundo había perdido su capacidad de sorpresa. Su sensibilidad humana. Mientras Europa libraba una batalla que -literalmente- la dividía, el resto del mundo hacía su historia. Ajena, en parte, a lo que ocurría en el viejo continente.

Bajo ese contexto la industria del cine hacía intentos por mostrar entreteniento e historias de otra humanidad y de otro mundo. Así, en ese 1942 salió a las salas de cine la historia de "Bambi" que pierde a sus madre en manos de un cazador; para después huir con su imponente padre cuando el bosque en el que nació y creció es tragado por el fuego. Una historia -interpretaciones demás y de menos- de un pequeño venado que sobrevive a un entorno adverso (cualquier sugerencia con aquellos tiempos de guerra es puritita imaginación de Disney).

Pero hubo otra película, contemporánea a la del venado, que marcó las conciencias y la historia del cine. La historia "Casablanca". Dirigida por un prolífico Michael Curtiz (que lo mismo dirigió cintas de vaqueros, que del imperio egipcio, que romances urbanos) la trama se centra en la capital de Marruecos. Una ciudad que entonces era refugio de judíos, que buscaban un rincón para ocultarse de un todopoderoso servicio secreto alemán.

Casablanca -la capital marroquí y la cinta- se unen para contar una historia de amor, para unos, y de misterio y suspenso para otros. Algunos más apuntan que la cinta originalmente tenía un dejo de patriotismo americano en su trama.

La memorable película estelarizada por Humphrey Bogart e Ingrid Bergman de ojos llorosos, llega este 2012 a sus 70 años de vida.
Fue un 26 de Noviembre de 1942, en la Ciudad de Nueva York, cuando los norteamericanos esucharon la frase: "Siempre nos quedará París", para recordar viejos tiempos de la buena vida.

Una película nominada a 8 premios de la academia Oscar y ganadora de 3, que dio a las generaciones de entonces frases célebres e incluso un ideal de libertad.
"Casablanca" celebra sus 70 mejores años de vida con una edición especial de Blu-Ray y DVD con la película, además de dos documentales que la Warner Brothers ha calificado como "indéditos: "Casablanca: An Unlikely Classic" y "Michael Curtiz: The Greatest Director You Never Heard Of".
Porque sí, siempre nos quedará "Casablanca".

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No teclees Al-Qaeda

Mientras miles de personas buscan emanciparse y quitarse el yugo de sus gobiernos represores, en algún lugar de Estados Unidos se construye un gran centro de monitoreo de telecomunicaciones. Los norteamericanos ya tienen un nuevo Big Brother.

El grupo de hacktivistas Anonymous ya puso en jaque a los Estados Unidos. Sus ataques cibernéticos a páginas del gobierno, instituciones bancarias, de empresas y servicios han dado cuenta que estos muchachos inquietos no están jugando. De por sí los gringos son paranoicos y llegan los Anonymous a moverles el tapete.

Además de toda la red Echelon para espiar comunicaciones electrónicas a nivel mundial y de los cientos de espías con gabardina negra y lentes oscuros que rondan al mundo atentos al bienestar de la humanidad, los Estados Unidos están desarrollando una costosísima red de espionaje nacional en el desierto de Utah.

Denominado como el Utah Data Center (UDC), albergará información pública y privada en materia de telecomunicaciones. Algunos han echado a volar la imaginación, con o sin razón, y apuntan de que nuestra huella electrónica (esa que dejamos al navegar por internet, o al hacer compras en línea, al registrarnos en algún aeropuerto, al pagar en el Starbucks de Hong Kong…) será guardada en ese centro de datos.

No es para tanto, yo digo. Está bien que el nuevo juguetito del Tío Sam cueste más de dos mil millones de dólares y tenga una superficie de 25 mil metros cuadrados. Y la gran pregunta es ¿para qué guardar tanta y tan detallada información? Pues la verdad mi imaginación no va tan lejos. Es más, lo confieso, yo no tengo mente conspiranóica. Esos temas se lo dejo a un Agente 007 encarnado por el seductor Roger Moore o el siempre bien arreglado Sean Connery. Ellos sí estaban capacitados para enfrentarse a espías rusas –de labios rojos y carnosos, de mirada cándida, pero decididas a usar armas de fuego-.

Hablar de un proyecto de seguridad que tiene cuatro años gestándose, con miras a entrar en funciones en el 2013, no es cualquier cosa. Cálculos de la consultora Ultra Electronics estima que el mercado de ciberseguridad ronda los 50 mil millones de dólares anuales.

El UDC, cuentan los que saben, almacenará información interceptada y guardada desde el 2001, año en que Estados Unidos perdió el control de su seguridad interna y optó por jalar la cobija al extremo: a través de la Agencia de Seguridad Nacional espió constantemente las comunicaciones mundiales, acumulando una cantidad de información impensable y de la que, por supuesto, nuestras narices no tienen conocimiento.

En el diagrama de operación del Utah Data Center se detalla que el UDC contará con nueve nodos de los cuales se alimentará y cruzará la información. Uno está en Texas, desde donde se intercepta información de América Latina, y desde el 11 de septiembre se le asignó a Medio Este y Europa; el segundo está en Georgia, desde donde se monitorea Europa, Medio Este y África del Norte. Y el último nodo está en Hawaii y está dedicado exclusivamente a Asia.

Algunos más han señalado que ese tipo de iniciativas de espionaje no operarían sin la complicidad directa de empresas de telecomunicaciones y telefónicas. Sin ellas, dicen los maestros de la conspiración, la Agencia de Seguridad Nacional no hubiera recolectado nada de información. Así, hombres y mujeres tejen sus sospechas en bares de poca monta, con ambientes llenos de humo de cigarro, mientras intercambian sobres con la leyenda “Confidencial”. ¡Toda una trama de espionaje internacional!

Pero en una cosa coincido con los conspiranóicos: el año pasado ocurrieron una serie de movimientos y levantamientos sociales de las que las redes sociales y telecomunicaciones fueron la chispa que dinamitó la movilización de los inconformes.

Esos movimientos sociales no ocurrieron a espaldas de los Estados Unidos. A fines del año pasado salió a la luz que miembros de una agencia de seguridad de Estados Unidos capacitó a líderes sociales y sindicales para movilizar a los ciudadanos en Egipto.

Entonces, que Estados Unidos salga a decir que no sabe lo que pasa en el mundo cuando voltea la mirada a otro lado, es realmente un mal chiste digno de Billy Crystal.

Por eso, estimado lector, te sugiero que no teclees frases como “Bill Gates juega matatena con Al-Qaeda” o expresiones como “Si Bin Laden viviera estaría tomando café con Hussein”. De lo contrario la red Echelon y los ojos de Estados Unidos podrían colocarte como potencialmente peligroso. Por tu seguridad, no lo hagas.

* Miguel Colunga (@miguelcolunga1) es bloguero. Y cree que si Saddam Hussein viviera, no estaría tomando café en la Quinta Avenida, y mucho menos Bill Gates tendría interés en cruzar palabras con un Bin Laden. De lo que sí está seguro es que cada día hay que cuidar más lo que se teclea en internet.

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Publicado originalmente el 21/03/2012 en www.laciudaddeportiva.com http://bit.ly/utah007

Juegos Olímpicos de altura

La competencia entre las distintas cadenas de televisión nacionales –abiertas y de tv de paga- ha ocasionado un interesante filtro de talentos: del albur y risa simplona, al análisis profundo y experiencia.

 Para los medios de información las justas deportivas son una jugosa ofrenda de ingresos. Los anunciantes y patrocinadores, cazadores de espacios y públicos, apuestan grandes cantidades de dinero para obtener la primicia, la escena, la tecnología, el frame que los exhiba como los mejores, los más creativos. La lucha de egos de las marcas está a todo lo que da.

Un dato: Panasonic es el proveedor y desarrollador oficial de tecnología para los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Lo ha sido por más de 20 años, específicamente de los Juegos de Los Ángeles de 1984. También, Panasonic será la encargada de hacer en 3D y Alta Definición la señal de los juegos de Londres. La propia empresa dice que en Londres 2012 la experiencia deportiva en los estadios, en las nuevas tecnologías y en los hogares de los espectadores será única. ¡Y hay que creerle!

Hasta este momento, los olímpicos de Londres ya tienen 11 patrocinadores Top. Las marcas, logos, contornos y frases que ya todos conocemos:Coca-Cola, Acer, Atos Origin, Dow, GE, McDonald’s, Omega, Panasonic, Samsung, Procter & Gamble y Visa. La suma de los ingresos que esas marcas dejarán asciende los 1,000 millones de dólares americanos. Y como además de jugar también hay que divertirse, la cerveza Heineken será la única que se venderá y tomará en las instalaciones deportivas. Claro, ya hay contrato de exclusividad firmado con el Comité Olímpico Internacional.

La “dueña” de la señal será la BBC, quien transmitirá más de 5 mil horas de competiciones a través de diversos canales a nivel mundial. Las cadenas ESPN y Eurosport serán las encargadas de manejar la señal de los Juegos Olímpicos para Asia, Sudamérica y Europa.

De ahí que la principal batalla que se vaya a librar sea en la televisión de paga. Ayer lunes, el Maestro Jacobo Zabludovsky informó en su columna del periódico “El Universal” que se integra al equipo de cronistas de la cadena ESPN. Compartirá transmisiones con el también célebre José Ramón Fernández. Y Jacobo Zabludovsky apunta: “Cada quien en lo suyo”.

Si por algo es reconocido Don Jacobo Zabludovsky es por contar con una maravillosa cultura. Otros más califican a su memoria como prodigiosa. Zabludovsky hará gala de su experiencia y conocimientos desde Londres. Según ESPN, Don Jacobo hará crónicas y reportajes de cultura, literatura, historia, música y de cómo viven los londinenses. José Ramón, lo sabemos, es una enciclopedia deportiva. Dos grandes personajes y talentos que se complementarán.

ESPN ya está lista para Londres. Si suma a otro gran personaje será sorpresa para todos. Falta ver qué hacen las demás cadenas. A mi parecer, ya no queda más de dónde echar mano. Lamentable sería que apostaran por el albur, el chiste fácil, la burla, la cámara escondida. Ver de nueva cuenta a un Facundo haciéndose el indigente o a un Eugenio Derbez (recién desempacado en tierras gringas) haciendo en las calles londinenses una extensión de sus sketches televisivos, sería lo peor para la televisión abierta.

Para José Ramón es un terreno en el que ha crecido y madurado. Conoce a la perfección esa cancha y sabe cómo moverse. Ha cubierto nueve Juegos Olímpicos. Entre sus méritos está el haber innovado el formato de los programas “especiales” para ese tipo de eventos masivos, con producciones como “Los Protagonistas”.

Por su parte Don Jacobo tiene una trayectoria de más de 60 años en el periodismo, desde el escrito, hasta el radiofónico y su consolidación en la televisión lo pone al tú por tú con José Ramón.

Para entonces, el 27 de julio desde el Estadio Olímpico de Londres, construido especialmente para las competiciones, la Reina Isabel II dirá las palabras con las que formalmente los deportistas de alto rendimiento se enfrentarán por obtener el reconocimiento en sus categorías. Y Don Jacobo y José Ramón estarán al frente de ese grupo de deportistas.

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* Miguel Colunga es bloguero. Y cree en el milagro de que los 20 días de transmisión de los Juegos Olímpicos de Londres que hagan las televisoras sean, ahora sí, los más atractivos, entretenidos y originales. Sigue a @miguelcolunga1 en Twitter.

 

Publicado originalmente el 19/03/2012 en www.laciudaddeportiva.com http://bit.ly/olimpicostv

Una gran personalidad detrás de la máscara

¿Quién dijo que la lucha libre es espacio exclusivo de los jóvenes? La Lucha Libre mexicana es una gran muestra de que la vejez no está peleada con los éxitos profesionales.

Uno de los deportes que más arraigo tiene entre los mexicanos es la lucha libre. Tanto que actualmente las películas, colores, máscaras y objetos alusivos a este deporte han tomado un segundo aire, teniendo como principal exponente a “El Santo”.

Pero la historia de la lucha libre la han escrito varios personajes. Uno de ellos, con cerca de 50 años en el negocio de la lucha libre, es “Mil Máscaras” o también llamado “Mr. Personalidad”.

Para quienes crecimos con “Octagón”, el cubano “Konan” o incluso “El Perro Aguayo”, el personaje de “Mil Máscaras” no nos dice mucho. ¡Cuánta ingratitud de nuestra parte!

“Mil Máscaras”, cuyo nombre real no revelo para mantener el aire enigmático de su personaje, inició su carrera de maromas y llaves, de forma inesperada: en cierta ocasión, en su infancia, vio luchar a una celebridad del cuadrilátero y quedó fascinado. Se vio arriba, dando saltos, piruetas y sometiendo a sus contrincantes. Se imaginó alzando en sus manos un cinturón de campeón, llorando de emoción por el público que lo aclamaba.

“Mil Máscaras” desde joven se interesó en el deporte. Practicó un tiempo la tauromaquia, el béisbol, el fisicoculturismo y de forma amateur la lucha libre. Hasta que la suerte tocó a su vida y fue en 1965 cuando hizo su debut en Guadalajara, aunque otras fuentes señalan a la tradicional Arena México como el foro que lo vio nacer y crecer.

Uno de sus primeros triunfos como luchador es que fue uno de los deportistas mexicanos de su gremio que asistieron a unos Juegos Olímpicos: en Tokio, 1964.

En 1967, obtiene su primer título de lucha libre y al año siguiente pisa tierras estadounidenses, donde el público, tanto gringo como latino, lo recibió con los brazos abiertos e hizo larga carreras.

“Mil Máscaras” también fue el creador de otros dos personajes con los que se presentaba en las arenas: Ricardo Durán (de hecho el primer nombre con el que se hizo famoso), y Kamen Kisoku (La Máscara Noble). Desde el inicio de su carrera se desempeñó en el bando de los técnicos, enfrentándose en memorables batallas contra el español Benny Galan o Benny Galant.
Galant era un luchador conocido y reconocido en Europa, quien ya contaba para mediados de la década del 50 con un título de lucha libre nacional y otro continental. Galant era conocido como “El temible oxigenado” por lo profundamente rubio de su cabellera que recordaba más al personaje He-Man que a un hombre rudo y deportista. El 22 de abril de 1966 “Mil Máscaras” se enfrenta contra “Benny Galant” en una pelea máscara contra cabellera en la Arena México, resultando triunfador el mexicano.

Otro luchador que se convirtió en rival de “Mil Máscaras” fue el norteamericano “Dory Funk Jr”. Con él se enfrentó en numerosas ocasiones, pero las más memorables fueron la del viernes 21 de noviembre de 1969, en el Olympic Auditorium de Los Ángeles, California. Con un auditorio abarrotado, “Mil Máscaras” se presentó con calzoncillos y máscara con estampado de cebra. Aplicó sus características llaves y con una “plancha” venció al célebre luchador de E.U.A. Otro encuentro en el cuadrilátero fue el que sostuvieron en Japón a mediados de los 80s. Para entonces Japón se había convertido en un gran escenario para ambos luchadores.

A “Mil Máscaras” también le llamó la atención la vida artística. Aprovechando el boom de la década de los años sesenta de películas de luchadores, y con un camino andado en el séptimo arte por “El Santo” o “Blue Demon”, “Mil Máscaras” no rechaza el ofrecimiento de hacer sus historias en la pantalla grande. Desde 1968 hasta el 2012 “Mil Máscaras” protagonizó 22 cintas. Arrancó su carrera como actor con “Las Canallas”, en 1968. Y la lista de películas continúa con títulos tan sugestivos como predecibles: “Las Bestias del Terror”, “Las Momias de Guanajuato” y la secuela de “El Robo de las Momias de Guanajuato”, todas de 1972.
Acompañado de sus colegas “El Santo” y “Blue Demon” forman el trío de héroes “Los Campeones Justicieros”. El trío que puso a temblar a mujeres vampiro y hombres lobo hizo al menos tres cintas. Después de la muerte de “EL Santo”; el 5 de febrero de 1984 a los 66 años de edad, “Mil Máscaras” integra a “Los Campeones Justicieros” al “Hijo del Santo”. La más reciente película en la que participó “Mil Máscaras” fue en 2010 con “Aztec Revenge”.

“Mil Máscaras” deja un gran legado a la industria de la lucha libre mexicana: pisó varios cuadriláteros del mundo, llegó a lugares donde ningún deportista de su tipo había llegado e inspiró a varias generaciones. Fue el primer mexicano en luchar en el Madison Square Garden. Contendió por varios títulos mundiales con los luchadores más fuertes, más altos y de mayor trayectoria de su época.

Hoy “Mil Máscaras” sigue vigente. Su nombre llegará al Salón de la Fama de la WWE (World Wrestling Entertainment). La WWE es una de las empresas más importantes en la industria deportiva de los E. U. A. El año pasado la WWE facturó $142,6 millones de dólares, hasta agosto del 2011.

Así que “Mil Máscaras”, a sus 70 años de edad, seguirá al pie del cañón de la lucha libre mexicana. ¡Felicidades!


*Miguel Colunga es bloguero. Nunca se ha subido a un cuadrilátero porque es muy “coyón”, pero no deja de reconocer el mérito deportivo de los luchadores; y recuerda que en algún momento de su infancia le mordió el pie a una figura de acción del “Blue Demon”, acto que nunca se le reconoció, y al contrario, recibió un severo castigo.


Publicado originalmente el 16/03/2012 en http://www.laciudaddeportiva.com http://bit.ly/woMaYi

Djokovic minita de oro, ¿y los mortales?

Leo en éste tu portal estimado lector, La Ciudad Deportiva, una interesante nota sobre el monto aproximado de lo que vale el cuerpo del tenista serbio Novak Djokovic.

Y es que según la aseguradora internacional Lloyds el cuerpo de Djokovic cuesta cosa de 100 millones de dólares. El cálculo, continúa la información que puede leer en este sitio, se hizo multiplicando sus ingresos anuales (que ascienden a 11 millones de dólares), por los años efectivos que le quedan como tenista, que se promediaron en nueve.

Así la empresa británica Lloyds fue que llegó a la conclusión de que Djokovic es una mina de oro, juegue o no tenis. Novak Djokovic ha resultado una revelación deportiva, por los éxitos que ha tenido en la cancha de tenis y por haber desbancado al español Nadal, que –desde mi muy personal punto de vista- lo tiene más que merecido. También por lo joven del servio: 24 años. Se espera que a los 33 años, según el promedio de edad de retiro de los tenistas, Djokovic se dedique a tejer chambritas o a anunciar relojes de exclusivas marcas.

Otros reconocidos tenistas han rondado los treinta y tantos al optar por el retiro. Por ejemplo, el alemán Boris Becker se retiró del tenis profesional a los 32 años, al igual que Pete Sampras; el norteamericano John McEnroe lo hizo a los 33 años. El que decidió alargar un poco más la práctica del tenis fue el norteamericano Andre Agassi, quien dejó a los 36 años el deporte blanco.

Djokovic, Ronaldo, Lionel Messi y una larga lista de deportistas de primer nivel han sido sometidos al escrutinio de los valuadores internacionales. De ahí, concluye la nota a la que me he referido, que las piernas de Fulano, la Mano de Sutano o el ojo biónico de Perengano tengan más valor que la supuesta mano de Alvaro Obregón que estuvo en un frasco con salmuera en San Ángel, al Sur de la Ciudad de México.

Si usamos la misma fórmula que utilizó la aseguradora Lloyds para calcular el costo de Djokovic (ingresos anuales más años de productividad) pues entonces los mortales somos la peor inversión para una aseguradora.

Según el índice “Your Better Life Index” elaborado por la OCDE, los mexicanos, en promedio, ganamos anualmente 12,182 dólares. Para obtener el cálculo la OCDE evalúa 11 aspectos, entre ellos vivienda, empleo, ingresos, educación, salud, seguridad, satisfacción de vida, etcétera.

Por otra parte, según mi querida abogada laboral de cabecera, en promedio el mexicano trabaja 30 años. Si consideramos que un tenista comienza a despuntar a los 15 o 17 años de edad y se retira a los 30 años de edad, pues el mexicano trabaja el doble que un tenista. Y gana muchísimo menos que él.

¿Cuánto valgo yo para una aseguradora? Tal vez un poco más que el promedio de los mexicanos que buscan asegurar su futuro, y eso porque no fumo, ni practico deportes extremos. Aunque en ocasiones hacerse de un futuro estable se convierte en un deporte más que extremo. ¿Mis años e inversión en estudios, capacitaciones, kilómetros recorridos, llamadas realizadas y mails enviados, sólo por aderezar el factor, no incrementarían mi valor? ¿Las centenas de hojas con reportajes y entrevistas publicadas, los libros leídos y la música comprada? ¿Las mentadas de madre recibidas? ¿Los corajes por el “su tarjeta no pasó, joven”?

O tú, lector, ¿las horas sentado en el tráfico, las largas juntas de trabajo, las desveladas y llegadas temprano a la oficina, no deberían de ser un factor para incrementar tu valor ante una aseguradora? Seguramente algún especialista dirá: “Has invertido eso porque así lo decidiste”. Y alguien más combativo responderá que las circunstancias lo obligaron. Y otro más resignado apelará a un simple: “Pues sí, pero no tenía de otra”.
Y es cuando me doy cuenta que el mundo del deporte no se parece en nada, ¡NADA! Al mundo real. Aunque no lo crean.

 

* Miguel Colunga es bloguero y tiene la esperanza que las aseguradoras reconsideren sus parámetros para hacer de la existencia de los mortales algo más alentadora, ante la plusvalía de los tenistas y futbolistas.

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Publicado originalmente el 13/03/2012 en www.laciudadeportiva.com http://bit.ly/wvr2JG

Google y Ronaldo saben su juego

Por Miguel Colunga*

 

¿En qué están pensando los ejecutivos de Google? Ofrecer un millón de dólares al hacker que truene su navegador Chrome es de niños bravucones. La estrategia va más allá de una exposición de debilidades: reta a sus contrincantes. Como en el futból.

En el mundo actual, entre amenazas de ciberataques y tsunamis, no es común que las grandes empresas lancen retos a sus consumidores o detractores.

Muchas veces, creo yo, porque saben que ser líder en sus áreas no las convierte en las de mejor calidad. Enorme paradoja del consumo.

Por eso es que llama la atención que la empresa Google haya lanzado un reto que alimenta el morbo, lo conspiranóico e incrédulo de mucho de nosotros. Aprovechando un evento de hackers y ciberseguridad en Vancouver, Canadá, la empresa, famosa por sus doodles, pone sobre la mesa un millón de dólares a aquellos hackers que logren vulnerar su navegador Chrome.

¿En qué están pensando los ejecutivos de Google? ¿Creen tan tontos a los asistentes al evento mundial de hackers, o la empresa se sabe tan segura de sus programas? La oferta de Google, más que tentadora, no es un reto para sí misma, sino para sus contrincantes del sector tecnología. Dudo mucho que la convocatoria quite el sueño a Microsoft o a Safari o a Mozilla. Simplemente, como dicen en el futból, cada quién juega en su cancha.

Google y Microsoft aprovechan la publicidad (gratuita) que escriben y dicen sobre ellas en materia de seguridad y potencia de sus programas. Pero lo que es un hecho es que la empresa de Bill Gates no goza de buena reputación en cuanto a seguridad informática. Si bien ya no son los años noventas, donde de a tiro por viaje algún puberto detectaba huecos en la seguridad de los navegadores y programas informáticos, también es cierto que Gates al respecto es un tanto descuidado. Un ejemplo de esto ocurrió en octubre del 2010 cuando Microsoft anunció que corregiría 49 huecos informáticos que afectaban, principalmente, a Windows, Internet Explorer, Office y .NET. ¡Vaya, que Gates dejó abiertas demasiadas “ventanas”!

Ante este panorama (¡y fama!) las demás empresas desarrolladoras de tecnología aprovecharon tal debilidad e hicieron sus productos teniendo como fortaleza la seguridad y rapidez. Quién comenzó a ganar terreno en el mercado fue Chrome, el navegador que ofrece una experiencia más rápida y segura a los usuarios. Por algo Chrome ha sido calificado como uno de los navegadores más seguros. Pero el tema no es nuevo ya que recién que el navegador salió a la luz todo mundo hablaba de él como si se tratara del más reciente gazapo político-policiaco. Los bandos se enfrentaron en dimes y diretes. Al tiempo las aguas se calmaron y los Microsoftistas y los Chromistas regresaron a sus respectivas canchas y el campo quedó más despejado.

Pero es marzo y como cada año las expos, foros, lanzamientos e innovaciones tecnológicas ocupan la atención de los especialistas y fanáticos de la tecnología. Alrededor de estos eventos se crea una guerra de chismes y trascendidos: que la versión 3.1416 del teléfono de la “Manzanita”; que si la versión de prueba del nuevo paquete operativo ha sido éxito y saldrá a la venta; que si los teléfonos inteligentes nos arrullarán en las noches, en fin. Y este año Google no se quedó atrás y se subió al cuadrilátero y reta a una pelea de tres caídas, sin límite de tiempo, con el valiente que demuestre al mundo que Google (como las demás empresas) es tan vulnerable como una tienda de cristalería fina. Todo a cambio de hincharse los bolsillos con un millón de dólares. El premio –nada despreciable- sería como quitarle el pelo a un gato, si lo comparamos con el impacto que tendría la noticia de que una vez más Chrome sobrevivió a los actos vandálicos de los hackers.

Si yo fuera Google ni de broma lanzaría el reto. Pero no soy Google, ni soy hacker. Sino ya estaría con mi boleto a Vancouver. Pero Google es como el niño de alma bravucona que confía en su hermano mayor para sacarlo de apuros. Es como si Cristiano Ronaldo ofreciera un millón de dólares a aquella persona que demuestre que se delinea mejor las cejas que él. Google saldrá al ruedo para ganar, porque tanto Google como Ronaldo saben su juego.

 

 

*Miguel Colunga es bloguero. Creció entre columnas políticas y libros. Por más de diez años ha sido colaborador de las editoriales más importantes de México. Llegó al periodismo digital por casualidad. En sus columnas acostumbra mezclar anécdotas personales con información. Políticamente incorrecto, mas no irrespetuoso

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Publicado originalmente el 8/03/2012 en www.laciudaddeportiva.com http://bit.ly/w1hawl